sábado, 15 de junio de 2013

Maldita la luz...

No hay peor cosa que nos pueda pasar, que la claridad día nos encuentre después de una fiesta o estando en ella. Me refiero a esa luz de la mañana, tenue pero de un extraño poder, que pone en evidencia cada pelito de nuestra cara, y por cara me refiero a bigotes de Frida, cejas no podadas y entrecejos que quedan como ” monocejos”.

Es cierto que las piernas son casi un capítulo aparte, a veces sucede que nos dejamos estar y de repente caemos en el hecho de que nuestras piernas son tan tupidas que arrancarían lágrimas de emoción a una hippie o al movimiento “basta de sexismo, si a los pelos”, cuando llegamos a ese extremo juramos que nunca va a volver a pasar, pero volvemos a caer, y así eternamente (hasta que tengamos plata y hagamos láser).  El sentido común femenino diría que procuremos vestirnos tapándolas si salimos, pero hete aquí un hecho: a veces el sentido común es el menos común de los sentidos. Así que desafiando las leyes y los husos horarios algunas corajudas saldrán sin depilarse y se cuidarán toda la bendita noche de no ser tocadas ni por asomo, obviamente se alejan volando más rápido que un murciélago antes que se haga de día y la gente pueda visualizar esas polainas. Dejarse pelos puede ser un mecanismo de defensa cuando no se quiere intimar con alguien muy rápido, pero ese es otro tema.

En el caso de la cara, es difícil porque dividimos la cara en 3 secciones: superior, media e inferior.

Superior: Las lagañas de rímel y delineador al costado del ojo son el diablo, ni hablar de los párpados aglutinados en un color indefinido espantoso. Para las que no se maquillan, las lagañas comunes también cuentan. Cejas y “monocejos” están aquí.

Media: nariz y boca. Llegar a casa y ver que tenías un moco en la nariz es el espanto de cualquiera, la mente empieza un trabajo de reconstrucción y memoria para tratar de saber desde cuándo estaba ahí y quién seguramente lo vio mientras mantenías una conversación. Los bigotitos están en esta categoría, nadie quiere que le digan “moncholo” por el resto de su vida.

Inferior: a veces el mentón ofrece sus caprichos y he visto pelos muy notorios ahí, ahora sé que la canción de los payasos Gabi, Fofó y Miliki “Mi barba tiene 3 pelos” iba de este fenómeno.
Si la luz nos agarra como si fuera una luz Led estamos cagadas, no hay forma de tapar una de las 3 secciones completamente. Tenemos dos opciones: o huimos o nos quedamos esperanzadas que nuestro interlocutor sea miope.

Recomiendo no mirarse al espejo cuando lleguen, ya saben, "¡ojos que no ven corazón que no siente (bochorno)!"

La llegada de la claridad nos da otra cosa y a veces muy temida que los ingleses llaman LA CAMINATA DE LA VERGÜENZA. Pero esto, es un capítulo aparte…